Presentación. .............6
Objetivos .................8
General. ..................8
Específicos. ..............8
1. Definición y caracterización de la discapacidad cognitiva .................. 12
1.1 Mitos entorno a las personas con discapacidad cognitiva. .................. 12
1.2 Definición y caracterización de la discapacidad cognitiva. ................ 13
2. Modelos de atención y orientación de la discapacidad cognitiva1..............9
2.1 Modelo social. ............................................................ 19
2.2 Modelo socio- cognitivo.................................................... 20
2.3 Modelo psicoeducativo. .................................................... 28
3 Orientaciones pedagógicas ................................................... 30
3.1 Orientaciones pedagógicas para la Educación Formal: Preescolar, Básica y Media............................................. 30
3.1.1 Componente conceptual. .................................................. 30
3.1.2 Componente pedagógico. .................................................. 32
3.1.3 Componente administrativo y de gestión....................................32
ORIENTACIONES PEDAGOGICAS PARA LA ATENCION EDUCATIVA A ESTUDIANTES CON DISCAPACIDAD COGNITIVA 3.1.4 Componente de interacción comunitaria................................................................ 54
3.2 Orientaciones pedagógicas para Educación No Formal. .................... 58 3.2.1 Orientaciones respecto a los programas de formación socio-ocupacional y laboral. ......................................59
3.2.2 Propuestas centradas en el desarrollo artístico. ..................... 61
3.2.3 Programas centrados en el desarrollo lúdico y deportivo. ............. 63 4. Orientaciones para los alcaldes. ........................................
64 Bibliografía. .............................................................. 66
ANEXO 1
Opciones educativas para acompañar el proceso de niños, niñas y jóvenes con discapacidad cognitiva.
ANEXO 2 Papel del maestro en la atención educativa a estudiantes con discapacidad cognitiva 74
ORIENTACIONES PEDAGOGICAS PARA LA ATENCION EDUCATIVA A ESTUDIANTES CON DISCAPACIDAD COGNITIVA
Objetivos
GENERAL Presentar a las comunidades educativas conceptos y orientaciones pedagógicas relacionados con la atención educativa a los estudiantes con discapacidad cognitiva, que permitan la reflexión al interior de las instituciones sobre el marco en el que se orienta la atención educativa en el país.
ESPECIFICOS Presentar elementos conceptuales a las instituciones educativas del país, que sirvan de orientadores en la contextualización de las prácticas pedagógicas a estudiantes con discapacidad cognitiva. Proporcionar elementos para la reflexión en torno a las buenas prácticas pedagógicas que lideran las instituciones de estudiantes con discapacidad cognitiva, en las diferentes modalidades del servicio educativo del país. Proporcionar herramientas pedagógicas a las instituciones educativas que les permita direccionar la atención a estudiantes con discapacidad cognitiva en las diferentes modalidades, grados, áreas o núcleos del saber para el servicio educativo colombiano. Presentar un documento que sirva de apoyo en la formación inicial de maestros de Escuelas Normales Superiores y Facultades de Educación, en aspectos pedagógicos frente a la atención de estudiantes con discapacidad cognitiva.
FÁBULA
La fábula de los animales es una realidad donde la exigencia de lo común no deja ver la diferencia ni los potenciales de cada ser humano.
Cierta vez, los animales decidieron hacer algo para afrontar los problemas del “mundo nuevo” y, organizaron una escuela, adoptaron un currículo de actividades consistentes en correr, trepar, nadar y volar; y para que fuera más fácil de enseñar, todos los animales se inscribieron en todas las asignaturas. El pato era un estudiante sobresaliente en la asignatura “natación”, de hecho superior a su maestro. Obtuvo un suficiente en “vuelo”, pero en “carrera” resultó muy deficiente. Como era de aprendizaje lento en “carrera” tuvo que quedarse en la escuela después de cierto tiempo y abandonar la “natación”. Pero la medianía se aceptaba en la escuela, de manera que a nadie le preocupó lo sucedido, salvo como es natural, al pato. La liebre comenzó el curso como el alumno más distinguido en “carrera”, pero sufrió un colapso nervioso por exceso de trabajo en natación. La ardilla era sobresaliente en “trepamiento”, hasta que manifestó un síndrome de frustración en la clase de “vuelo”, donde su maestro le hacía comenzar desde el suelo, en vez de hacerlo desde la cima del árbol; por último se enfermó de calambres por exceso de esfuerzo, y entonces la clasificaron con “6” en trepamiento y con “4” en carrera. El águila era un “chico problema” y, recibió muchas malas notas en conducta. En el curso de trepamiento superaba a todos los demás en el ejercicio de subir hasta el final de la copa del árbol, pero se obstinaba en hacerlo a su manera. Al terminar el año, un águila anormal, que podía nadar sobresalientemente, y también correr, trepar y volar un poco obtuvo el promedio superior y la medalla al mejor alumno. La fábula de los animales es una realidad donde la exigencia de lo común no deja ver la diferencia ni los potenciales de cada ser humano.
ORIENTACIONES PEDAGOGICAS PARA LA ATENCION EDUCATIVA A ESTUDIANTES CON DISCAPACIDAD COGNITIVA
“Exigir a todos los estudiantes las mismas asignaturas, al mismo tiempo, con un grado idéntico de rendimiento esperado, es algo que niega las diferencias individuales realmente existentes entre los estudiantes con la misma eficacia con que el currículo de actividades de la fábula obligó al pato a correr y al conejo a nadar y, por si fuera poco, a conseguirlo antes de terminar el año escolar”. Las pruebas exigidas a los animales de la fábula no son muy diferentes a las que se imponen a muchos estudiantes de nuestras instituciones, cuyos potenciales son ignorados y cuyas debilidades se hacen resaltar”, llevando a la rotulación de INCAPACES, sin analizar posibles causas del rendimiento diferente, sin considerar si requieren de estrategias pedagógicas diferentes a las contempladas dentro de un currículo cerrado. Llegó el momento de entender que las diferencias son la razón de ser seres humanos y que en el campo educativo existen alternativas pedagógicas para cada forma de aprender, el reto está en ver en la diferencia la posibilidad de crecer y generar una nueva cultura de respeto y de valoración.
“...Y como siempre ocurre con las cosas bellas, ellas no pueden existir verdaderamente hasta que no hallan a alguien capaz de descubrirlas, de embrujarse con su existencia, de hacerlas tan propias que su verdad se torna múltiple en manos de cada contemplación particular. Alguien capaz de descubrirme logrará hacer brotar de mi un ser que yo mismo desconozco: quien me descubre me inventa nuevamente y a partir de mi cuerpo, de mis signos externos, hará que en mi alma se dibuje un nuevo ser fabricado a duo, de tal modo que sólo ante ese otro puedo hallar el espejo apropiado para verme”
(FRANCISCO CAJIAO)
ORIENTACIONES PEDAGOGICAS PARA LA ATENCION EDUCATIVA A ESTUDIANTES CON DISCAPACIDAD COGNITIVA
1. DEFINICIÓN Y CARACTERIZACIÓN DE LA DISCAPACIDAD COGNITIVA
1.1 Mitos en torno a las personas con discapacidad cognitiva Según Carmenza Salazar (2000)1 la forma como denominamos a las personas con discapacidad cognitiva, da vida, de forma inconsciente, a ciertos mitos existentes entorno a ellas, por ejemplo que son eternos niños, incapaces de aprender y libidinosos. Eternos niños. La tendencia a percibir a la persona con discapacidad cognitiva como eternos niños, hace que desde nuestro diario quehacer (y esto incluye a los padres) no propiciemos conductas de independencia y autonomía acordes con su edad. Cambia la talla de los zapatos y vestidos pero no la de las responsabilidades que deben ir asumiendo.
Seguimos utilizando estrategias de la infancia para manejar pre-adolescentes y adolescentes, disculpamos sus impertinencias, somos poco consistentes en el manejo de normas y límites (complicándose aún más la situación cuando son varios los profesores con quienes interactúan y no todos manejan el mismo nivel de consistencia y exigencia).
Pero un día irrumpen con la fuerza del adolescente y nos extrañamos de lo grandes e inapropiados que han crecido. Se hace entonces indispensable ayudarlos a crecer, ofreciéndoles apoyo (estímulos) y resistencia (límites y normas). Incapaces de aprender. Consideramos que su pensamiento no evoluciona, nos queda la duda de la transición de operaciones concretas a operaciones formales, el docente corre el riesgo de asumir dos posiciones extremas: la primera es aferrarse al mito de que no pueden aprender, bajando significativamente las expectativas y los niveles de exigencia, terminando el estudiante con actividades de coloreado, picado y recortado, haciendo planas interminables o participando en actividades lúdicas.
La segunda es tratar de nivelarlo a las exigencias de los grados escolares, lesionando de algún modo su autoestima al confrontarlo con actividades superiores a sus capacidades. Surgen como una necesidad las adaptaciones basadas en unos estándares curriculares y objetos de enseñanza funcionales, dejando de lado contenidos que no tienen impacto en su vida. Si no se define con anterioridad unas metas que orienten el proceso educativo con estos estudiantes en el contexto de la Educación Formal, se corre el riesgo de perderse y de terminar en actividades por pasar el tiempo, con grave impacto para el proyecto de vida de esta persona.
Paso a Paso Vol. 10 No. 4 (Julio/Agosto 2000) http://www.pasoapaso.com.ve/ GEMAS/gemas_29.htm
Simultáneamente con el desfase cognitivo, empiezan a distanciarse los intereses de los compañeros de grupo. (Cuarto o quinto de primaria). La experiencia ha mostrado la necesidad de implementar un trabajo con compañeros que dé soporte al estudiante con discapacidad, que prevenga posibles actitudes de abuso o permisividad y que beneficie a todos ya que cada uno es diferente y deben aprender a vivir en armonía a partir de la diferencia. Todos son libidinosos.
Cuando el estudiante con discapacidad cognitiva está cursando la primaria, se convierte en un pre-adolescente o un adolescente con los cambios físicos y psicológicos que esta etapa difícil conlleva.
Al aparecer comportamientos como la masturbación, que a propósito, se da en la mayoría de los adolescentes, produce crisis la desinhibición con que la practican y entonces el mito se vuelve realidad: son tan libidinosos y su despertar sexual es tan precoz. Es necesario recordar en este punto que la sexualidad no es solamente genitalidad, que no se puede descontextualizar de las habilidades sociales y por ésto la educación sexual comienza desde la temprana infancia, trabajando desde la cotidianidad conceptos y vivencias como privacidad, respeto por sí mismo y por los demás, autocontrol, expresión adecuada de sentimientos, etc.
El gran desafío es canalizar su sexualidad, dándoles la información sobre los cambios que van a tener, enseñándoles a canalizar sus emociones y manifestaciones de afecto, enseñándoles cómo aproximarse en forma asertiva hacia la persona que les atrae, y se plantea enseñarles porque no solamente se aprende a leer textos, es también fundamental enseñarles a leer sus propias emociones y las de los otros, porque la inteligencia no abarca solamente la esfera de lo cognitivo sino también lo emocional.
Es claro entonces que la educación sexual hace parte del adecuado desarrollo de las habilidades sociales y que es hora de empezar a desmontar el mito de los eternos niños o el de seres libidinosos, para ofrecerles un ambiente que los ayude a desarrollarse armónicamente en todos los aspectos. La revisión de estos desafíos tiene sentido cuando se establece la postura institucional frente al ser humano que queremos formar y que es coherente con la tendencia en derechos humanos. Se debe partir de la valoración del ser humano, creyendo en sus potenciales, como la garantía para recorrer nuevos caminos y implementar estrategias poco exploradas en la atención educativa.
1.2 Definición y caracterización de la discapacidad cognitiva.
El concepto de retraso mental es una de las denominaciones diagnósticas más antiguas con la que se calificaba a todas aquellas personas que presentaban dificultades en la adaptación al medio, por alteraciones en el funcionamiento neurológico. Como categoría diagnóstica, el retraso mental abarca una serie bastante amplia de síntomas y manifestaciones de tipo comportamental, adaptativo y de desempeño, que lo complejizan tanto en el proceso de identificación como de intervención. Por ello, la neurobiología, la psicología, las ciencias del desarrollo y el comportamiento, han tratado durante años de identificar componentes básicos que permitan caracterizar el cuadro clínico y establecer con claridad patrones de evaluación y atención oportuna; pero todos los esfuerzos han resultado parcialmente admisibles, pues se trata de un ejercicio en el que juegan un sin fin de variables, concepciones, actitudes y prácticas, sin mencionar los aspectos éticos y de procesos de intervención, que impiden tomar decisiones que perduren y tengan trascendencia en la calidad de vida de estas personas.
Según Correa (2003)2 los organismos responsables de mantener la vigencia frente a los enfoques que explican el retraso mental, han venido presentando cambios en los elementos necesarios para definir el concepto, esto con la intención de mantener actualizados los componentes que tradicionalmente lo han conformado y que se refieren básicamente a los medios y técnicas de valoración diagnóstica, tanto como a los procedimientos de intervención y apoyos que se sugieren a partir de esos diagnósticos. Una de las instancias de mayor nivel de representatividad en materia de retraso mental la constituye la Asociación Americana de Retraso Mental (AAMR).
La Asociación es una entidad de trayectoria en la investigación de aspectos conceptuales y prácticos relacionados con el retraso mental. Las últimas declaraciones y ajustes definen el retraso mental “una discapacidad caracterizada por limitaciones significativas tanto en el funcionamiento intelectual como en conducta adaptativa, expresada en habilidades adaptativas conceptuales, sociales y prácticas. Esta discapacidad se origina con anterioridad a los 18 años” (AAMR, 2002) (Luckansson y Cols, 2002)3
Esta definición, que ha sido ampliamente aceptada en el medio plantea las siguientes premisas:
• Las limitaciones en el funcionamiento son comprensibles en ambientes comunitarios típicos, iguales en edad y cultura.
• Enfatiza la importancia del funcionamiento del individuo y la limitación intelectual.
• Las limitaciones coexisten con capacidades.
• La evaluación ha de tener en cuenta las diferencias en la comunicación, en aspectos sensoriales, motores y comportamentales.
• Los apoyos son clave del proceso de atención y posibilitan desarrollar los planes de atención.
• Los sistemas de apoyo se ofrecen en intensidades variables de acuerdo con el ciclo de vida y repercuten en calidad de vida de la persona. Con respecto a la definición del año 1996, denominada “Paradigma de Retraso Mental”, la revisión del año 2002 añade una dimensión a las cuatro existentes: Participación, Interacciones y roles sociales, lo que la acerca a modelos interpretativos y prácticas pedagógicas de tipo ecológico / funcional, en las que tiene gran relevancia el contexto en el que se desenvuelve la persona. La estructura de esta definición es la siguiente: 2 Memorias retraso mental. Escuela Normal Municipio de Sopetran. Noviembre, 2003. 3 Texto Asociación Americana de Retraso Mental.
ORIENTACIONES PEDAGOGICAS PARA LA ATENCION EDUCATIVA A ESTUDIANTES CON DISCAPACIDAD COGNITIVA DIMENSIÓN
I: APTITUDES INTELECTUALES Se valoran procesos y habilidades relacionadas con el razonamiento, la planificación, la solución de problemas, la comprensión de ideas complejas, el ritmo de aprendizaje, la contextualización, la generalización y la transferencia del aprendizaje.
DIMENSIÓN II: NIVEL DE ADAPTACIÓN (RELACIONADA CON INTELIGENCIA CONCEPTUAL, PRÁCTICA Y SOCIAL) Conjunto de habilidades conceptuales, prácticas y sociales que permiten el desempeño funcional en actividades de la vida diaria: Conceptuales: competencias cognitivas, comunicativas y académicas Prácticas: se refiere a las habilidades de la vida diaria, que permiten un desenvolvimiento independiente en el contexto Sociales: comprende las habilidades requeridas para la comprensión, manejo y disfrute de las relaciones sociales e interpersonales.
DIMENSIÓN III: PARTICIPACIÓN, INTERACCIÓN Y ROL SOCIAL Los roles sociales están determinados con relación a la edad y contexto en el que se desenvuelve la persona y están referidos a aspectos personales, escolares, laborales, comunitarios, de ocio, espirituales entre otros. La participación se evalúa mediante la observación directa de la interacción de la persona con el mundo social y material.
DIMENSIÓN IV: SALUD FÍSICA, SALUD MENTAL Y FACTORES ETIOLÓGICOS. Las personas con retraso, presentan las enfermedades comunes a las demás personas, pero existen diferencias en la manera de afrontar los síntomas y consecuencias. Pueden presentar dificultad para reconocer problemas físicos, de salud mental, comunicar síntomas y sentimientos frente al dolor, por lo que requieren entrenamiento en sistemas de comunicación aumentativos o alternativos que faciliten la expresión oportuna en esta situación, de una supervisión y acompañamiento permanente en la gestión de atención en salud y comprensión de planes de tratamiento.
DIMENSIÓN V: CONTEXTO SOCIAL (AMBIENTE, CULTURA Y OPORTUNIDADES) A través de esta dimensión se valoran los niveles de actuación de la persona con retraso en el contexto, se diseñan e implementan apoyos que faciliten su integración desde cada uno de los siguientes niveles:
• Microsistema o entorno vital: relación de la persona con su entorno, como la familia, el lugar de trabajo y el grupo de compañeros.
• Mesosistema: ambientes cercanos como el barrio, los vecinos y organizaciones con servicios directos a las necesidades como ser humano.
• Macrosistema: patrones culturales, sistemas económicos y tendencias sociopolíticas. El sistema de 2002 se mantiene, con respecto al de 1992:
• El término de retraso mental.
• Los tres criterios de diagnóstico: capacidad intelectual, conducta adaptativa y edad de comienzo, dándose información sobre las pruebas más adecuadas para la valoración de estos aspectos.
• Persiste el énfasis en la intensidad de los apoyos como el foco principal de un sistema de clasificación aún cuando para determinados propósitos se admite de nuevo la clasificación en relación con el nivel de funcionamiento intelectual Cabe señalar que el actual paradigma no establece grados de retraso mental (leve, moderado, severo y profundo) y que las intensidades de apoyo que propone se relacionan con los tiempos y los ciclos de vida en que debe ofrecerse el acompañamiento y no con los grados del retardo mental. En esta revisión del concepto de retraso mental del 2002, la AARM introduce el concepto de discapacidad intelectual, como un concepto dinámico y funcional, que permite entenderlo más desde el desempeño que desde los rasgos clínicos observables. Lo cual quiere decir que resulta de mayor relevancia en esta definición, la forma como las personas responden a las demandas del entorno en que se encuentran y las maneras en que logran adaptarse a las circunstancias particulares de la cotidianidad.
En adición, Schalock (1999)4 refirió la necesidad de aplicar modelos de evaluación de tipo ecológico / funcional que se ajusten a las características de los contextos y que articulan los conceptos de habilidades adaptativas y de inteligencia, permitiendo definir el retraso mental como discapacidad intelectual, en términos de desempeño y funcionamiento intelectual. Esta evolución del concepto de retraso mental hacia el de discapacidad intelectual, tal como puede observarse en el cuadro N.1, permite concebir a la persona como alguien que presenta una forma particular, dinámica y con posibilidades siempre abiertas para su desarrollo y que dentro de su condición específica merece ser llevada al máximo nivel del progreso posible, en el contexto de las interacciones en las que participa o debería participar (Correa, 2003). 4 Hacia una nueva concepción de la discapacidad.
En M. A. Verdugo y F. de Borja Jordán de Urríes Vega (Coords.) Hacia una nueva concepción de la discapacidad. Salamanca: Amarú.
La discapacidad intelectual es entonces un concepto más amplio que el de retraso mental, puesto que habla del desempeño, la forma en que las personas hacen las actividades que les corresponden y así se adaptan al medio; está relacionado con los enfoques de la psicometría moderna, del desarrollo mediado de los procesos superiores del pensamiento (Vygotski), de inteligencias múltiples (Howard Gardner), de inteligencia emocional (Daniel Goleman), de inteligencia triárquica (Sternberg) y los enfoques ecológicos y de calidad de vida. (ver bibliografía complementaria) Vale la pena resaltar que la discapacidad intelectual es un concepto bastante amplio, que recoge diversas denominaciones de este desempeño, tal como la discapacidad cognitiva, las dificultades generales y específicas de aprendizaje, déficit cognitivos simples y complejos, entre otros; por lo que representa una categoría cercana a propuestas de atención a la diversidad y a las estrategias inclusionistas, como lo enuncia R. Schalock, actual vocero AAMR. Dentro de este constructo general que es la discapacidad intelectual, aparece el concepto de discapacidad cognitiva que se entiende como una disposición funcional específica en procesos cognitivos, habilidades de procesamiento y estilos de pensamiento, que determinan el desempeño y el aprendizaje de una persona, que lo hace un concepto mucho más específico que la discapacidad intelectual y más cercano a las prácticas educativas por su relación directa con los procesos de aprendizaje. Desde su fundamentación teórica, la discapacidad cognitiva se nutre de teorías como las de procesamiento de la Información, los modelos de gradación cognitiva, modelo cognitivo – comportamental, teoría de la modificabilidad estructural cognitiva y de entrenamiento cognitivo con posiciones funcionalistas (Alteraciones en procesos vulnerables al entrenamiento) conductistas (Metodología funcionalista experimental), oclusionista (Piagetiana) y Posición Feuerstiniana (procesos de entrada, intermedios, de salida, aprendizaje mediado y programas de enriquecimiento instrumental) Esta fundamentación da soporte a los modelos de atención y de orientación de la discapacidad que se expondrán más adelante. Con lo anterior, puede afirmarse que las personas con discapacidad cognitiva son aquellas que presentan dificultades en el nivel de desempeño en una o varias de las funciones cognitivas, en procesos de entrada, elaboración y respuesta, que intervienen en el procesamiento de la información y por ende en el aprendizaje; lo que hace necesario el ofrecimiento de apoyos que mejoren su funcionalidad. El concepto de discapacidad cognitiva no se refiere a categorías diagnósticas como retraso mental o dificultades de aprendizaje, sino que constituye un concepto más ecológico y funcional que alude al desempeño cognitivo de cualquier persona. Un ejemplo de ello se puede evidenciar en la función cognitiva de entrada denominada orientación espacial la cual hace parte de la estructura de procesamiento de la información de todos los estudiantes independiente de su diagnóstico clínico. Es importante señalar que, para efectos de este documento de orientaciones pedagógicas, el término acuñado será el de discapacidad cognitiva, por ofrecer una amplia gama de alternativas en el diseño y aplicación de estrategias pedagógicas, en las diferentes modalidades educativas ofrecidas por el servicio educativo del país.
El concepto de retraso mental se empleará para referirse al paradigma propuesto por la Asociación Americana de Retraso Menta – AARM -, específicamente, en lo relacionado con la oferta de apoyos y las habilidades adaptativas.